El híbrido de áfrica. Las razones por la que debes conocer al Okapi
Sin duda alguna, la naturaleza nos permite ver y apreciar tantas maravillas que no se nos haría posible mencionarlas todas, pero es innegable que hay especies animales tan particulares y especiales que dejarían a más de uno con la boca abierta debido a su apariencia tan fuera de lo común. Tal es el caso de los híbridos, que consisten en mezclas de dos especies aparentemente antagónicas y opuestas que nadie pensaría que pudiesen ser capaces de cruzarse una con otra.
Un ejemplo impactante de híbrido es el Okapi, el cual es una mezcla de origen africano entre una jirafa y una cebra. Este es considerado uno de los animales con mayor exoticidad en todo el mundo debido a lo cerca y, al mismo tiempo, lejos que está de la jirafa, pero no es la única característica del híbrido que ha llamado la atención de los amantes del reino animal porque hay muchas otras. A continuación, hablamos un poco más en profundidad del Okapi y todo lo que rodea a esta tan peculiar especie.
Características físicas del Okapi
Muchos piensan que, a pesar de su mezcla con la cebra, sigue pareciéndose mucho a una jirafa, por lo que es considerada la especie que más se le asemeja. Entre las características más comunes con el animal de cuello largo destacan sus orejas y hocico picudo, salvo el color amarillo que desaparece por completo en esta especie. Lo que los hace diferente es que el Okapi posee cuello y patas muy cortos, pero sigue siendo bastante grandes debido a sus casi dos metros de altura.
En el caso de los géneros, los machos suelen ser un poco más altos y fornidos que las hembras, pero suele ser lo único que los hace distintos porque el resto de las características físicas son bastante similares. Aunque es innegable lo mucho que se parece a la jirafa, el Okapi posee el color tan característico de las cebras en sus patas. En cuanto al resto del cuerpo, el pelaje tiene varios tonos marrones en el resto de su cuerpo.
¿Cómo es su comportamiento?
Uno de los rasgos más conocidos del comportamiento de un Okapi es que es sumamente solitario, por lo que no se le suele ver acompañado por otro ejemplar de la misma especie. La única forma de que se lleguen a juntas en parejas es para llevar a cabo su proceso de reproducción, la gestación y la posterior cría de los más chicos. De resto, los grupillos en los que se unen son bastante reducidos.
La hembra solo es capaz de parir una única cría a finales de la época veraniega y a principios de la época otoñal, lo que significa que este acontecimiento suele producirse entre los mese de agosto y octubre. Una vez que la hembra ha sido fecundada, el proceso de gestación, por lo general, culmina luego de un plazo no superior a los 445 días.
¿Cómo se alimentan?
La alimentación de un Okapi suele basar enteramente en vegetales y plantas de diversa índole, sobre todo si se trata de hierbas y hojas. Adicionalmente, tampoco es raro que se alimenten de frutas y hongos que van encontrándose en su camino.
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